20 mayo 2011

Geolocalización, prohibida de serie en smartphones y tablets.

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El término geolocalización viene  usándose aproximadamente desde mediados del año 2009, para referirse a la determinación automática de la ubicación geográfica de algo. La tecnología de la geolocalización se basa en el sistema de información geográfica GIS para la gestión, análisis y visualización de conocimiento geográfico.
Pero ¿qué ventajas ofrece la geolocalización? Podríamos afirmar que son realmente muchas.  En  la sociedad de la información en la que vivimos, en la que abundan cada vez más las aplicaciones móviles, aprovechar el valor de la ubicación geográfica se ha convertido en una herramienta clave para sacar rendimiento a determinada información que puede ser de vital importancia.
Para las empresas comerciales, por ejemplo, el hecho de conocer con absoluta precisión la ubicación de un usuario, les brinda la posibilidad de enviarle publicidad de lugares cercanos a su dispositivo móvil, avisándole de ofertas especiales que se hacen solamente para aquellas personas que se encuentren en un radio determinado.
Para personas que han demandado de la justicia una orden de alejamiento, si es violada por el denunciado, se activa un aviso a la policía; o para personas invidentes que pueden obtener información sobre el lugar en el que se encuentran.
En tiempo real, la geolocalización sirve también a los servicios de emergencia, que pueden detectar rutas rápidas para llegar a determinados lugares, vías de escape o los mejores puntos de acceso ante cualquier eventualidad en la que resulte esencial no sólo la rapidez, sino también la eficacia de la respuesta.
A lo largo de los últimos años se han desarrollado servicios de geolocalización muy interesantes y se han ido expandiendo , en parte debido al gran impulso que ha supuesto el uso de terminales móviles.  Los GPS, que indican el camino a una dirección giro a giro; los servicios de Check-in tipo FourSquare, FacebookPlaces, Google Places o Twitter Places,  para saber dónde andan tus amigos, o los desarrollos sobre realidad aumentada tipo Layar, son, todos ellos,  ejemplos de servicios de geolocalización muy útiles, prácticos y sencillos de utilizar para la gran mayoría de usuarios.
Pero frente a todas estas ventajas destaca  el evidente riesgo que para la privacidad entrañan estos servicios, habida cuenta que la tecnología de los móviles permite la monitorización constante de los datos de localización, ya que los equipos están íntimamente ligados a una persona concreta, de la que existe una identificabilidad directa o indirecta.
Como consecuencia de la reciente polémica surgida al conocerse que los dispositivos iPhone, Android y Windows Phone almacenaban datos de localización de los usuarios sin su consentimiento, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha dado a conocer el dictamen emitido por las Autoridades Europeas de Protección de Datos,  en el que se  analizan los riesgos de estos servicios para la privacidad de los usuarios, el marco jurídico aplicable y las garantías que los proveedores de servicios de geolocalización deben cumplir.
El dictamen indica que "de forma predeterminada, los servicios de localización deben estar apagados y que su activación requerirá del consentimiento informado y específico del usuario".
Además, añade que los interesados deben poder retirar su consentimiento de manera fácil, sin ningún tipo de consecuencias negativas para el uso de su dispositivo.

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